Si Job hubiese sabido al sentarse en las cenizas y herir su corazón preguntándose por qué le permitiría sufrir la Providencia, que por medio de estos sufrimientos estaba haciendo lo que a un hombre le es posible hacer para dar con la solución del problema del dolor al mundo, él hubiese recuperado su valor. La vida de Job es mas o menos la tuya y la mía escrita en un texto mas voluminoso. Así que aunque ignoremos las pruebas que nos esperan, debemos creer, que lo mismo que para Job, los días en que luchó con sus terribles enfermedades, son los únicos que le hacen digno de ser recordado, y sin los cuales su nombre no hubiese sido escrito en el libro de la vida, así también para nosotros, los días en que luchamos y no hallamos ningún camino, pero no perdemos la luz, serán los días mas importantes de nuestra existencia.
Robert Collyer
¿Quién ignora que nuestros días de mayor aflicción podemos incluirlos entre los mejores? Cuando el rostro está coronado con sonrisas y caminamos por medio de los prados adornados con multitud de flores primaverales, el corazón corre el riesgo de ser arruinado.
El alma que siempre está alegre y contenta pierde la vida mas profunda. Ella tiene su recompensa y es satisfecha en su proporción, aunque dicha proporción es muy escasa. Pero el corazón se empequeñece , y la naturaleza que es capaz de las alturas mas elevadas y de las mayores profundidades, se queda sin desarrollar, y la vida se quema y destruye por completo sin haber conocido la resonancia de los acordes mas profundos de la alegría.
“Bienaventurados los que lloran”. Las estrellas brillan con mayor esplendor en las noches largas del invierno. Las gencianas muestran sus flores mas preciosas en medio de alturas casi inaccesibles de nieve y de hielo.
Parece que las promesas de Dios esperan que seamos oprimidos por la pena para extraer su riquísimo jugo como en un lagar. Sólo aquellos que han experimentado el dolor pueden conocer la ternura del “Varón de Dolores.” Seleccionado
Aunque careces de sol y estás rodeado de dificultades, ten presente que esto ha sido sabiamente ordenado para ti. Quizás un verano largo te hubiese convertido, por así decir, en tierra seca y en un desierto estéril. El Señor sabe lo que es mejor y lo que mas nos conviene, y tiene a Su disposición las nubes y el sol.
Seleccionado
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario