Muchos de nosotros no podemos ser usados para ser convertidos en alimento para saciar el hambre del mundo, hasta que no hemos sido partidos en las manos de Cristo. Muchas veces, la bendición de Cristo no es otra cosa sino aflicción, pero aún el pagar con la aflicción, no es un precio demasiado elevado, por el privilegio de compartir con otras vidas la bendición. Las cosas mas valiosas de este mundo han llegado a nosotros por medio de lágrimas y tribulación.
“Usa tu cruz como una muleta para que te ayude, y no como una piedra de tropiezo, que te haga caer.”
“Tu puedes hacer que otros pasen de la aflicción al gozo, si llevas tu cruz sonriendo.”
A.D
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