martes, 9 de marzo de 2010

Abraham estaba aún delante de Jehová” Génesis 18:22

El amigo de Dios puede orar con Él por otros. Quizás parezca que la gran fe de Abraham y su amistad están mucho mas allá de nuestras pequeñas posibilidades. No debemos de desalentarnos. Abraham aumentó su fe, como también nosotros podemos aumentarla. El fue paso a paso y no a grandes saltos.
El hombre cuya fe ha sido profundamente probada y ha escapado victorioso, es el hombre a quien forzosamente tienen que venirle pruebas supremas.
Las joyas mejores se cortan y pulen con mucho cuidado. Los metales mas preciados se prueban con los fuegos mas fuertes.
Si Abraham no hubiese sido probado hasta lo sumo, nunca se hubiese llamado el Padre de la Fe. Lee Génesis capítulo veintidós:
“Toma ahora tu hijo, tu único hijo, a quién amas” ¡Vedle cómo camina hacia las alturas del Moriah, apenado, pensativo, pero con un corazón obediente y abatido. Con el ídolo de su corazón a su lado para sacrificarlo, por habérselo mandado su Dios, a quién él ha amado y servido fielmente!
Esta debe ser una gran reprensión para nosotros, por preguntar , dudar, quejarnos y no aceptar con la resignación de fe lo que Él nos manda. Este es un ejemplo que ha de servir como lección en todos los tiempos.
¿Permanecerá para siempre la fe de este hombre para fortalecer y ayudar al pueblo de Dios? ¿Podría saberse por medio de Él que la fe que no duda siempre prueba la fidelidad de Dios?
Sí, y cuando la fe ha sobrellevado victoriosamente su mayor prueba, entonces el ángel del Señor Jesús, Jehová, Aquél en quien “todas las promesas de Dios son sí y amén” le habló diciendo, “Ahora sé que tú temes a Dios. Tú has confiado en mí hasta lo infinito. Yo confiaré en ti, tú serás Mi amigo para siempre, te bendeciré y haré de ti una bendición.”
Así es siempre, y siempre ha de ser así. “Los que tienen fe serán bendecidos con el fiel Abraham”
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No es cosa de pequeña importancia estar en términos de relación amistosa con Dios.

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