sábado, 17 de abril de 2010

El enamoramiento



El enamoramiento es la expresión imperfecta del amor humano, que intenta de algún modo también imperfecto, expresar ese amor lo más fidedigno posible desde el sentimiento original que causó ese sentir. El sentimiento que causa el enamoramiento es físico, corporal, y por tanto, temporal y tendiente a desaparecer en cualquier instante.

Es a través del cuerpo, que, en primera instancia, experimentamos el amor humano. Los protagonistas son nuestros ojos. Estos no solo miran lo exterior, sino también un algo en el otro que causa el misterio de la atracción. Esta es instantánea y la llamamos comúnmente: Afinidad, química.

Es este un misterio que la ciencia ha investigado y ha resuelto: Es nuestro cuerpo que en primera instancia nos llama a este sentir hacía el sexo opuesto. Cruzar una mirada, -que dice más que mil palabras- es el lenguaje primero. La chica mira al chico, sus miradas sugieren, sus ojos emiten señales solo perceptibles por otros-ojos finos y sensibles a estos códigos comunicativos que corren a tan bajo nivel, al nivel del corazón. Pero del corazón que se empieza a enamorar, y, enamorar en el sentido de esta primera visión, fundamentalmente, dirigida por gestos, miradas sugestivas, sonidos imperceptibles, ruidos, choques, música, drama, suspenso, y, un desenlace incierto.

Con los ojos ellos se comunican. Hablan con su propio idioma, el suyo, el que nadie puede expresar con símbolos, con palabras, con imágenes, con sonidos; con nada sino solo con la invisible tinta que marca el corazón, y que es un misterio, el misterio del porqué esa atracción, de porqué las cosquillas en el estomago, del porque esa sensación extraña de sentirse como soñando en un sueño de cuentos de hadas, y, aún cuando hay conciencia de lo que esta pasando, no se puede evitar, no se puede huir, no hay lugar donde esconderse cuando el amor hace su aparición; solo resta entregarse en sus brazos y sentirlo traspasar los limites y los recovecos mas intricados del alma, allí donde tal ves nunca nadie ha llegado, ni conoce; ver como nos iluminamos, y este sentir nos hace ser quien no sabíamos que éramos; nos cambia, nos muestra un nuevo horizonte, una perspectiva donde pareciera que la vida cuando se esta con esa persona, con la elegida, con la indicada, se pinta de otro color, y se ven nuevos colores; el tiempo se acorta, el espacio es poco, el mundo es pequeño, y solo alcanza para dos: para él y ella.

Pero todo esto sucede en un nivel ajeno a la realidad. En estos primeros instantes sólo cuentan los sentimientos, que se expresan a través del cuerpo, más precisamente, a través de los ojos, de la mirada sugestiva. Es una atracción a nivel de hormonal, químico y emocional. Todo puede cambiar, repentinamente, sin ninguna razón coherente. Todo es fugaz, inestable, temporal. Hoy siento de este modo, mañana tal ves ya no. Hoy grito al mundo que te amo y que eres el amor de mi vida, mañana tal ves seas sólo uno más del montón. Los sentimientos son engañosos, el corazón humano es mutable, cambiante, inestable. Somos seres amorum. Necesitamos amar y ser amados. El problema, -y si que es un problema hoy día,- es encontrar a esa persona que nos ama y a la que amamos en correspondencia a ese amor.

Porque también están los amores no correspondidos, causa éstos de terribles dramas existenciales en su expresión más extrema: -No puedo vivir sin vos-, -vos sos la razón de mi existencia-, -vos sos el sentido de mi vida-. Y los llamados amores platónicos. Ilusiones vacías de alguien que ha dejado de pensar, de razonar, para entregarse a un sueño que se torna en pesadilla cada vez que la realidad dice: Es imposible, nunca podrá ser ese amor.

El enamoramiento empieza por el cuerpo, indudablemente...
Pero esta claro, que la atracción física ( y como ya dije no precisamente la estética corporal, pero si la intervención de los ojos) no es la única atracción que debería existir. Sino no cabria la posibilidad de la trascendencia, de lo permanente, de lo que nunca se acaba; porque no tiene su base en algo que es temporal sino espiritual, eterno. El amor tiene su lado espiritual, y esta es su segunda instancia. La primera es corpórea, física, la segunda es espiritual. Busca conocer más de la otra persona, adentrarse en los intrincados recovecos de alma. Buscar, explorar, encontrar puntos de unión, lazos espirituales que sostendrán a los sentimientos que les precedieron. La ausencia de puntos de contacto profundos, espirituales, hará que la relación no sea genuina, sino solo basada en emociones hormonales, sensaciones físicas, sentimientos superficiales. Eso sería vivir de una ilusión de amor porque amor es unión espiritual. Esto significa que el amor humano se completa en el espíritu. Esto sería algo como te amo por que te necesito. La necesidad no es física, si bien esta existe, es desde el alma. Te amo, porque me ayudas a ser más como yo tengo que ser para ser quien debo ser.

Te necesito para ser quien Dios quiere que yo sea para vos. Dios tiene que ser el basamento de una relación. No quita las emociones; las sostiene, las afirma, las fortalece para que no cambien, para que no pasen y se esfumen. Dios le imprime trascendencia al amor humano y le da su sentido verdadero.

El amor humano es imperfecto, tendiente a permanecer en lo temporal, finito. Aun si se ama con el alma como se suele decir, solo intervienen las emociones. A no ser que halla un conocimiento profundo de la otra persona, pero aún así no hay plena seguridad de que se ha acertado en la persona indicada. Hoy día los divorcios son mas que los casamientos. El problema es que la relación no se sostiene en el espíritu. Si Dios no esta en una relación corre el riesgo de basarse en las emociones, y, aunque no se pueda creer, se puede vivir toda la vida así, de una ilusión, creyendo que se encontró el amor, cuando eso no es así..

¿Cual es, pues, el criterio para conocer si estoy con la persona adecuada?
El criterio es la guía del espíritu de Dios. Sabiendo que el amor humano no es el amor que satisface la vida, ni que le da sentido, ni que le da rumbo, o que satisface la sed de un alma solitaria, vacía y angustiada. El amor humano es necesario; pero no es la prioridad existencial del hombre. EL mundo dice: Ella/el es la razón de mi vida. Es romántico, pero expresa un modo de pensar que no es conveniente. Porque si esto es así, literalmente, la ausencia de esa persona sería la causa de un suicidio.-y sabemos que sucede y en grandes cantidades, tristemente-

Una vida espiritual fuerte, fundada en verdades y principios Bíblicos son la estructura espiritual que sostendrá toda relación duradera y revelará la autenticidad de los sentimientos y emociones manifestadas.

Una mente llena de Dios, es el timón del corazón.
Es su guía. Una mente llena de Dios, con convicciones firmes, estabiliza las emociones, les da el lugar que tienen que ocupar. Una mente llena de Dios asienta las directrices, los criterios, los fundamentos de lo que sentimos. Sansón era un joven sin fundamentos. De mente débil. Su corazón le domino a placer. Sansón era un joven que se enamoraba hoy de esta chica, mañana de esta otra. Era un barco abandonado a una tempestad de emociones y estímulos sentimentales. No tenía timón. Iba en cualquier dirección. La dirección que su corazón le decía. Su corazón lleno de emociones carnales porque no había una mente llena de Dios, del espíritu de Dios que le diera el poder y la guía a sus sentimientos. Sansón hubiera jurado que estaba completamente enamorado de cada chica que tubo. Sin nunca saber que en realidad el amor verdadero es espiritual porque es la única unión que permanece porque esta fundada en quien nunca cambia. Dios.
A.D

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